Instituida por Su Santidad Benedicto XVI con la carta apostólica en forma de Motu Proprio “Latina Lingua” del 10 de noviembre de 2012, tiene como finalidad de "sostener el esfuerzo por un mayor conocimiento y un uso más competente de la lengua latina, tanto en el ámbito eclesial como en el más amplio mundo de la cultura” (Latina Lingua, 4).
Hoy día, el conocimiento de la lengua latina es fundamental pra el estudio de las fuentes de las que se alimentan numerosas disciplinas eclesiásticas, como la Teología, la Liturgia, la Patrística y el Derecho Canónico.
La Academia Pontificia de Latinidad resulta por ello tanto más necesaria para incentivar nuevos métodos de estudio adecuados a las nuevas condiciones sociales de hoy y promover una red de de relaciones entre organismos de formación e instituciones académicas, con el fin de valorizar el patrimonio de la civilización latina.