Crónica
El Consejo Pontificio de la Cultura celebró su 30º aniversario de fundación el 12 de junio de 2012.
Por la mañana, el personal del Dicasterio junto con aquellos que, en estos últimos 30 años han trabajado en él, se juntaron en la Iglesia de Santa Ana en Vaticano para dar gracias a Dios con la celebración de la Santa Misa presidida por el Cardenal Gianfranco Ravasi.
Por la tarde, la celebración continuó con una sesión pública en el Auditorio San Pío X, sito en el homónimo palacio en Vía de la Conciliación, para reflexionar acerca del pasado, el presente y el futuro del Dicasterio, a la luz de los objetivos planteados por Juan Pablo II en su fundacion.
En efecto, el Consejo Pontificio de la Cultura vio la luz el 20 de mayo de 1982 tras un largo periodo de gestación, como un fruto del Concilio Vaticano II.
La sesión pública tuvo como conductor a Su Excelencia Mons. Carlos Azevedo, Delegado, y comenzó con un breve saludo del Secretario del Consejo, S.E. Mons. Barthélemy Adoukonou.
El acto, en forma de tríptico, comenzó con una mirada retrospefctiva al pasado, a la prehistoria y la historia del dicasterio.
Mons. Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del mismo, ilustró los orígenes, a partir de su investigación acerca de la génesis y la historia del Consejo. A continuación se presentó un documental realizado por Antonia Pillosio y producido por la RAI, televisión pública italiana, acerca del Dicasterio. El director de Rai Storia, Gianni Minoli, presentó un clip de unos diez minutos del documental posteriormente retransmitido íntegramente en televisión.
La atencion permanente a las nuevas situaciones culturales, en fidelidad a la Palabra de Dios, es la marca distintiva del Consejo. El Cardenal Gianfranco Ravasi, ofreció a continuación una breve panorámica de las actividades y preocupaciones del Consejo
El último elemento del tríptico consistió en una visión acerca del futuro a cargo del filósofo Fabrice Hadjadj, el cual invitó a superar las trayectorias del pasado que van del estetismo y el tecnicismo al ecologismo y el espiritualismo, aspectos todos de un pseudo-humanismo. Renunciar al fundamentalismo requiere coraje por parte de los cristianos. La reducción de la cultura a los mercados culturales, turísticos o la banalización de los medios de comunicación no promuefven una cultura activa, sino de espectadores y consumidore. El Evangelio está llamado a enriquecer toda cultura. Cando el cristianismo y la cristiandad se identifican, surge una confusión entre el Evangelio y la cultura, de modo que el final de una cultura se convierte en el final del cristianismo.
Sin embargo, no son los no cristianos quienes confunden cultura y evangelio, sino los mismos cristianos, encerrados en el pasado o entregados a una contracultura de lo efímero.
Para Hadjadj sólo el Catolicismo es capazde salvar un humanismo teocéntrico, la promesa de Dios a los seres humanos. La búsqueda de lo definitivo, lo eterno en el tiempo en la encarnación es una fuente de auténtica esperanza que abre un nuevo futuro a la cultura. Puesto que el tiempo de la cultura es largo, Fabrice Hadjadj sostiene que la escatología, el final de la historia humana, será una fuente de inspiración perenne para la cultura contemporánea.
Por último, Mons. Carlos Azevedo anunció una sorpresa. Tras dos meses de trabajo con la oficina Internet del Vaticano, se inauguró el nuevo sitio del Consejo. Mr. Rouse preentó esta nueva manera de comunicar pra celebrar de una manera concreta nuestro 30 aniversario.