San Martín de Tours
La Academia de Hungría, en colaboración con el Consejo Pontificio de la Cultura, organizó el 9 de mayo de 2016 la mesa redonda "San Martino di Tours: Personaggio Europeo, Simbolo di Condivisione".
Las ponencias fueron las siguientes (en italiano/francés):
Card. Paul Poupard, La figura di San Martino
Prof. Bruno Judic, Saint Martin de Tours et Rome // Le origini del culto di san Martino in Italia nei secoli V e VI
Prof. Antoine Selosse, Présentation Itinéraire de saint Martin de Tours
Se presenta a continuación la nota de L’Osservatore Romano
San Martín, viandante europeo
El mantel de la caridad
de Alberto Fabio Ambrosio
Nació hace 1700 años en la actual Hungría, en Sabaria Sicca, Szent Márton. Por ello la Conferencia Episcopal de Hungría proclamó 2016 el Año Martiniano, apoyado también por el Gobierno húngaro. Y es por esto que la Academia de Hungría en Roma acogió el 9 de mayo una mesa redonda organizada por las Embajada de Hungría, de Francia y de Suiza ante la Santa Sede, además del Consejo Pontificio de la Cultura y la Oficina Nacional de la Cei para la cultura del tiempo libre y la colaboración del Centre culturel européen Saint Martin.
Este conjunto de energías se despliega por la extraordinaria ejemplaridad de Martín, nativo de Hungría, pero europeo en toda la extensión de la palabra, pues vivió también en Italia y en Francia la cual le ha dado los “secondi natali”, un poco como San Antonio quien “de orígenes lusitanos”, se convirtió de Padua. Esta es Europa, la de Martín que ofreció la mitad de su capa a un mendigo semidesnudo cuando prestaba servicio como soldado en la guardia imperial en Galia.
Esta mitad de capa donada – la clámide imperial – es el símbolo de la misericordia que deviene caridad concreta, tanto que de esta acción nace el nombre de una función, el capellán. Mantel, en latín se dice “cappa” y el de los militares “cappella” (capa corta). La “cappella” de Martín se conserva como insigne reliquia y forma parte de la colección de reliquias de los reyes merovingi: el término latino pasó por extensión a indicar el oratorio que la contenía. De aquí que las personas encargadas de conservar tal insigne reliquia sean llamados “capellanes”.
Pareciera dejarse entrever en esta personalidad tan completa las grandes líneas de Europa: el servicio de la protección del soldado sorprendentemente inclusiva, la cultura del monje – no sólo doctrinal, sino también evangelizadora – y el obispo de una Iglesia que sabe acercarse. Muchos padres cristianos han formado a sus hijos en la caridad siguiendo el ejemplo de Martín que baja del caballo para revestir al desnudo en una helada noche donándole la mitad de su capa. La devoción se ha difundido en perspectiva litúrgica y popular, como lo demuestran las numerosas variantes de apellidos franceses inspirados en el santo, así lo recordaron François Xavier Tillette, ministro consejero de la Embajada de Francia ante la Santa Sede y el cardenal Paul Poupard, presidente emérito del Consejo Pontificio de la Cultura. Entre estos, el apellido – inspirado en el obispo de Tours – de otra gran figura de la santidad europea, Santa Teresa de Lisieux, Thérèse Martin.
Martín de Tours fue un hombre de caminos interiores y geográficos: el Consejo europeo estaba, por tanto, presente en la persona de Stefano Dominioni, director del Centro europeo de los itinerarios culturales que tiene sede en la antigua abadía de Neumünster, en la capital del Gran Ducado de Luxemburgo. No es casualidad tampoco que el Consejo de Europa cuente con un verdadero y propio centro cultural aferente directamente al Consejo, es decir, el que certifica los itinerarios culturales. Como recordaba Dominioni, Europa se ha construido sobre el ideal y la realidad practicada por las vías (la “via estrata”, la “via romea” y muchas otras). Y no es tampoco casualidad que la costumbre de la peregrinación – a Roma, pero también a Compostela – haya forjado la cultura europea, una cultura que construye vías y no barreras. El centro europeo de los itinerarios culturales certificó como oficiales veintidós caminos, de los cuales el de Martín forma parte a título pleno.
Este santo de la misericordia caritativa o de la caridad misericordiosa recorrió una buena parte de la región europea, casi trazando una Y entre Szombathely, Tours, Pavía y Roma, como recordaba Mons. Iacobone. El Centre culturel Saint Martin, con sede en Tours, sostiene a propósito de la via sancti Martini proyectos de desarrollo sostenible inspirados en la encíclica papal Laudato Si’. Aletea sobre la mesa redonda el fuerte discurso del Papa Francisco de hace algunos días en ocasión de la entrega del prestigioso premio Carlo Magno. La Europa que sueña Francisco en su discurso programático debe promover tres capacidades, típicamente europeas: de integración, de diálogo y de generación. No es casualidad que las últimas palabras de esa intensa mañana hayan sido retomadas del discurso del 6 de mayo: “Estamos invitados a promover una integración que encuentra en la solidaridad el modo de hacer las cosas, el modo de construir la historia. Una solidaridad que nunca puede ser confundida con la limosna, sino como generación de oportunidades para que todos los habitantes de nuestras ciudades – y de muchas otras ciudades – puedan desarrollar su vida con dignidad” (discurso al recibir el Premio Carlo Magno, 6 de mayo de 2016).